¡Hola a todos! Me complace anunciar una nueva entrega de mi colaboración con el blog Mil y una narraciones. Esta iniciativa me permite explorar el género fantástico y compartir mis creaciones con ustedes.

Cabe señalar que la iniciativa consiste en elaborar un microrrelato de fantasía con una extensión de 200 palabras, al ser de género fantástico, debe de contar con seres como duendes, brujas, magos, dragones, laminas, leprechauns entre otras criaturas. Adicional se deberá proporcionar una imagen relacionada con el relato.

Los relatos serán publicados cada viernes en el blog de Mil y una narraciones, por lo que les dejo AQUÍ el link con las bases de la colaboración por si están interesados en participar.  

Ahora sí, les comparto mi participación con un relato de 215 palabras, espero que les guste:

✧ ── El guardián ancestral.୭̥*

El bosque se encontraba inestable debido a que el hombre lo estaba alterando. Esa tierra sagrada había liberado seres míticos que habían dormido apaciblemente bajo su tierra. Sin embargo, el profanar esa tierra trajo desgracias para algunos de los habitantes de los pueblos aledaños. Algunos creían en la existencia de estos seres, mientras que otros no, atribuyendo los acontecimientos a causas naturales y no sobrenaturales.

Sin embargo, una noche, esa tierra mítica comenzó a temblar, lo que ocasionó que los habitantes de los distintos poblados aledaños despertaran ante el movimiento de la tierra y el estruendoso ruido que lo acompañó. Algunos salieron de sus casas y otros se asomaban a las ventanas mirando en dirección al bosque. Ante su asombro, contemplaron al Quinametzin, que emergía de esas tierras. El titán, desorientado, observaba a su alrededor. Aquel bosque donde había decidido descansar estaba empequeñecido y un cúmulo de casas lo rodeaban. Con toda su estampa, se levantó y comenzó su caminata.

Las personas, muertas de miedo ante la presencia del titán, salieron corriendo de sus casas para alejarse del bosque y salvar sus vidas. Las calles se arremolinaban de gente desesperada, empujándose unos a otros. Algunos cayeron y fueron aplastados por la multitud mientras el Quinametzin caminaba de manera lenta y arrasando todo a su paso.

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Con esto concluimos el día de hoy, espero que les guste el relato, como siempre me encantaría conocer su opinión al respecto.

¡Nos vemos en la próxima, chao!