VadeReto: Agosto 2025- Un Día en la Vida de Sombra

agosto 25, 2025

VadeReto: Agosto 2025- Un Día en la Vida de Sombra

¡Hola a todos! Bienvenidos nuevamente a Enredados entre Libros. Hoy les traigo mi participación en el VadeReto de este mes de Acervo de Letras, les dejo AQUÍ el link para que revisen la base del reto.

La propuesta para este mes es: UN CUENTO PARA UNA IMAGEN.

El Reto es el siguiente: Tenéis nueve imágenes, con distintas alegorías y posibles temas inspiradores. Debéis elegir una de ellas (o varias si sois osados o agonías) y a partir de lo que os sugiera la imagen construir un cuento.

No hay más condiciones. El género literario, el tiempo de la trama, los personajes, la escenografía… todo corre a cargo de vuestra elección.

Así que la imagen y cita que elegí para inspirarme en este relato son las siguientes:

VadeReto: Agosto 2025- Un Día en la Vida de Sombra

«La belleza no siempre está en el ojo del que mira. A veces está en la propia imagen: clara, impactante, innegable».

Zadie Smith

(Reflexión en ensayos personales)


Ahora sin más los dejo con mi relato:

﹀﹀﹀ •   •   • Un Día en la Vida de Sombra━━━

El primer indicio del amanecer no es el sol, qué va, sino ese suave crujido de las sábanas de Ella. Mis ojos dorados, esos que parecen dos bolitas de ámbar en la noche, se abren de golpe. Ya ni necesito maullar; Ella lo sabe. Es la señal, nuestro pacto secreto antes del desayuno. Me estiro con una pereza deliciosa, sacando una por una mis garritas como si fueran joyas, y aterrizo con la suavidad que solo un gato negro como yo puede lograr, justo a sus pies.

Ella suelta un bostezo largo, de esos que solo los humanos hacen, y se estira como un chicle. Me mira con sus ojos soñolientos, y ahí van, sus dedos largos y calentitos, directos a mi punto débil: detrás de las orejas. ¡Ay, qué maravilla, me desarma! Acto seguido, empieza la misión más crucial del día: la comida. El 'clink-clink' de mi tazón chocando contra el suelo es mi canción favorita. Y el olor... ¡oh, el olor! Esas croquetas crujientes que Ella insiste en llamar "manjar de dioses" llenan cada rincón. Me las como rapidísimo, como si fuera un cazador legendario, mientras Ella anda de aquí para allá, armando su brebaje de café y poniéndose esas cosas raras que la transforman antes de desaparecer. Yo la observo, claro, cada movimiento: cómo se viste, cómo se arregla el pelo, cómo revisa mil veces que no olvide nada. Es un show, la verdad, aunque a veces me corta la inspiración de mi siesta mañanera. Pero cuando escucho el 'clack' de la puerta al cerrarse, lo sé: ¡mi reino es oficialmente mío!

El silencio se estira, casi se puede tocar, y de repente, ¡las posibilidades son infinitas! Mi primera ronda de inspección me lleva, inevitablemente, a ese objeto que me hipnotiza: la pecera redonda. Ahí está él, Aurum, el pez naranja, nadando con una elegancia que raya en lo ridículo. Sus aletas se mueven como si bailara un vals lento, y su cuerpecito brillante atrapa cada rayito de luz que se cuela por la ventana. Me acerco con sigilo, mis bigotes rozando el cristal frío, mis ojos, ahora más afilados que nunca, clavados en su ir y venir. Es como un espectáculo privado de colores y sombras. «La belleza no siempre está en el ojo del que mira. A veces está en la propia imagen: clara, impactante, innegable». Y sí, Aurum es innegablemente hermoso, un trocito de vida atrapado en su propia burbuja de agua. A veces, extiendo una patita, solo para sentir el temblor del agua, para que sepa que, aunque él no lo sepa, estoy aquí, viéndolo.

Una vez que termino mi sesión de vista con Aurum, el resto del día se abre ante mí con mi agenda felina particular. Siestas, por supuesto, ¡muchas siestas! Una, obligatoria, en la butaca junto a la ventana, donde el sol me deja el lomo tan calentito que empiezo a ronronear como si fuera un motorcito. Otra, no menos importante, en la cama de Ella, solo para disfrutar de ese olor suyo cuando no está. Pero no todo es dormir, ¡qué va! El cazador que llevo dentro me llama. Toda la casa es mi territorio de caza. Hay unas pelusas traicioneras que se esconden bajo los muebles, que los humanos no ven, pero mis ojos sí. Y luego está ella: la lagartija. ¡Ay, la lagartija! Pequeña, veloz, ¡un reto en toda regla! A veces la pillo en el marco de la ventana, otras se deslizan por el suelo como si nada. No es un pez, no, esta criatura me ofrece la verdadera emoción de la persecución, de la estrategia pura. La acecho, me contorsiono en posturas imposibles, me preparo para el salto... aunque casi nunca la atrapo. Pero el juego, la pura promesa de la caza, es lo que me mantiene al límite.

Mi día, al final, es un ir y venir de contemplar, jugar a cazar (porque la vida es eso, un juego) y dormir a pata suelta. El tiempo se me escapa entre ronroneos y los cambios de luz. Pero siempre, siempre, estoy atento al 'clic' de la llave en la cerradura, a la vuelta de Ella. Mi humana, mi persona favorita, mi proveedora oficial de mimos y croquetas. Y así, en la paz de mi hogar, con mis ojos dorados vigilando cada rincón, transcurre mi existencia. Una vida sencilla, sí, pero llena de esas pequeñas maravillas que solo un gato negro como yo sabe valorar.

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Con esto concluimos el día de hoy, me encantaría conocer su opinión al respecto.


¡Nos vemos en la próxima, chao!

VadeReto: Agosto 2025- Un Día en la Vida de Sombra
 



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1 comentarios

  1. Holii!!
    Me ha encantado el resto y tu forma de escribir es preciosa, te deja con ganas de seguir leyendo.
    Besos <3

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